martes, 24 de enero de 2012

Circo y fieras en la Roma antigua. Pantomimas y naumaquías.

CIRCO Y FIERAS EN LA ROMA ANTIGUA. PANTOMIMAS Y NAUMAQUÍAS

Uno de los espectáculos más populares fue en el Imperio Romano el acoso de fieras,celebradas generalmente en los anfiteatros. En origen estos espectáculos, como los juegos olímpicos, némeos, píticos e ísmicos y las representaciones teatrales en Grecia, olos combates de gladiadores y carreras de carros en Roma, eran rituales religiosos enhonor de los dioses o de los difuntos importantes; con el tiempo, estos rituales se degradarony se convirtieron en juegos o en deportes. Todavía, a finales del Mundo Antiguo,
en las representaciones de carreras de caballos o de luchas de fieras no es raro que unaimagen de Cibeles presida los juegos. El más antiguo espectáculo de lucha de fieras de
que hay noticia en Roma data del año 186 a. C. y tuvo lugar unos 80 años antes de quese introdujeran los combates de gladiadores. La afición por este espectáculo sangriento
pervivió por lo menos hasta el s. VI. En el año 469 los emperadores León y Artemioprohibieron que se celebrasen en domingo. En el año 536 el emperador bizantino Justiniano
decretó que los cónsules debían ofrecer al pueblo acosos de fieras. Este espectáculoera variado en su composición; unas veces se exhibían sólo fieras, otras luchaban
éstas entre sí, y frecuentemente con hombres; se simulaban también en el anfiteatro auténticascacerías de animales salvajes.



Los que luchaban con las fieras se llamaban bestiarios;unas veces eran contratados, otras se obligaba a combatir a criminales o a prisioneros
de guerra. Autores de los s. II y III, como los escritores cristianos Tertuliano ySan Cipriano y el jurista Ulpiano, nos informan de que también se ofrecían voluntarios
para luchar con las fieras, que tenían a gala el participar sin recibir soldada, incluso algúnemperador para demostrar en público su valor no tuvo inconveniente en descender a
la arena y matar con su propia mano las fieras.


 El historiador Dión Casio cuenta que Cómodo (180-193) mató en un solo día cinco hipopótamos, y en varios una jirafa, dos
elefantes y algunos rinocerontes.Existían grupos o familias de bestiarios, que se adiestraban, como los gladiadores,
en escuelas especiales; una de estas escuelas fue creada por el emperador Domiciano afinales del s. I. Generalmente este espectáculo se celebraba en el anfiteatro; en el de
Mérida se conservan todavía las habitaciones de las fieras con unas ventanucas paraalimentarlas. Las primeras fieras que se vieron en Roma procedían de África, donde
Cartago, la gran metrópoli mercantil, había sido arrasada en el año 146 a. C. El historiador contemporáneo de Augusto, Tito Livio, recoge la noticia de que en un espectáculode fieras celebrado en Roma en el año 169 a. C. y organizado por los ediles P.Léntulo y Escipión Násica, se exhibieron 63 fieras africanas (panteras, leopardos y hienas, 40 osos y elefantes). Por estas fechas, se presentaban a veces sólo animales inofensivos,pues en los juegos organizados para festejar a la diosa Flora sólo participaron estaclase de animales. El comediógrafo Plauto vio en su tiempo avestruces. Además de estasfieras importadas, se sacaban a la arena animales traídos de distintas regiones deItalia, de los montes Apeninos, de Lucania y Apulia, como osos, jabalíes, corzos, ciervosy liebres.


Los acosos de fieras cobraron cada vez más importancia ya a finales de laRepública Romana y se vieron en Roma animales nunca antes vistos. En el año 58 a. C.
en las fiestas organizadas por Escauro se exhibieron un cocodrilo y un hipopótamo.
Pompeyo, con ocasión de los espectáculos venatorios, celebrados con motivo de laconsagración de su teatro, presentó al público un rinoceronte, unos monos africanos
desconocidos y un lince de la Galia (Francia). En las cacerías preparadas por César en elaño 74 a. C. el pueblo romano vio por vez primera una jirafa y en el año 11 a. C. un tigre.
Asombra la variedad de fieras que participaban en estas dos exhibiciones o luchas,pero lo que más llama la atención es la abundancia de animales de una sola especie que
se presentaban al público, que indica un gran comercio de fieras perfectamente organizadoy muy rentable desde los países de origen hasta el anfiteatro de Roma. El cazador
era propietario de los animales cazados por él, fuese en terrenos propios o ajenos. Sin embargo, las cacerías de elefantes sólo se podían organizar con autorización del emperador.




La posesión de esta fiera era un privilegio exclusivo del emperador. Los emperadores
también se reservaron el privilegio de cazar leones o de autorizar su captura. El transporte de las fieras se hacía generalmente por mar. Está bien representado en algunos
de los soberbios mosaicos de Piazza Armerina, Sicilia (300-360). Los convoyes tardabanvarios meses en llegar y frecuentemente perecían las fieras en el viaje. Del edicto,
dado por los emperadores Honorio y Teodosio, del año 417, se desprende que los municipios por donde pasasen tenían la obligación de alimentar las fieras, lo que motivaba
abusos sin cuento. En Hierápolis, capital de la provincia romana del río Éufrates, una vez se detuvo un convoy 3 o 4 meses en vez de una semana; por este motivo los citados
emperadores legislaron que no se podían detener más de 7 días en la misma ciudad.


En los citados juegos pagados por Pompeyo intervinieron 18 o 20 elefantes, 500 o 600 leones y 410 fieras africanas de otras especies; y en los de César 400 leones y 40 elefantes. Los datos que conservamos de época imperial indican que las luchas de fieras gozaron cada vez de más aceptación y de que los emperadores para congraciarse con el
pueblo de Roma y apartar su atención de los problemas acuciantes de la vida ordinaria no escatimaban dinero en gastos. Augusto dio en su vida 26 juegos organizados por él, y se sacrificaron 3.500 fieras de África, que era la principal abastecedora de los animales
salvajes. El emperador Tito, en el año 80, montó unas fiestas que duraban 100 días para celebrar la consagración del anfiteatro Flavio, que tenía cabida para 40.000 o 45.000
espectadores; en un solo día se presentaron 5.000 fieras y durante estas fiestas se mataron 9.000 animales. Trajano, en el año 107, celebró el triunfo sobre Dacia, la actual
Rumania, con unas fiestas que duraron 4 meses, en las que intervinieron 11.000 fieras que lucharon contra 10.000 hombres.
Roma llevó a las provincias el gusto por este espectáculo. El gaditano Columela, a comienzos del Imperio, alude a fieras africanas traídas a la Bética, la actual Andalucía,
para que participasen en los juegos del anfiteatro. Los zoos de Roma estaban llenos siempre de fieras, que en cualquier momento podían intervenir en los anfiteatros. Nerón
(54-68), en el gran palacio llamado la Domus Aurea, que construyó en Roma, al decir del historiador Suetonio, tenía "bosques con una multitud abigarrada de animales domésticos y salvajes de todas clases". En tiempo de Gordiano III, hacia el año 235, había
en Roma, según la Historia Augusta, obra de finales del s. IV, 32 elefantes, 10 alces, 10 tigres, 60 leones domesticados, 30 leopardos domesticados, 10 hienas, 6 hipopótamos, 1
rinoceronte, 10 leones salvajes, 10 jirafas, 20 onagros, 40 caballos salvajes e innumerables y divertidísimos animales, fieras todas, que fueron presentadas en la arena con ocasión
de celebrar Filipo el Árabe el milenario de la fundación de Roma, celebrado en el año 248. Para el mantenimiento de todas estas fieras se necesitaba un numeroso personal
administrativo y la inversión de cuantiosas sumas de dinero. Calígula (37-41), en una época en que la carne había alcanzado un precio alto, alimentaba a las fieras con
carne humana de criminales. 



Aureliano regaló las fieras que participaron en su triunfo, para no gravar el fisco, lo que indica que de los fondos públicos se sostenían los animales
y que su mantenimiento era costoso. Un procurador administraba los fondos especiales destinados al sostenimiento de los elefantes.


En los anfiteatros no sólo se exhibían fieras, luchaban éstas unas contra otras o contra hombres, sino que también se simulaban auténticas cacerías; la mejor conocida
está descrita en la citada Historia Augusta, con ocasión de las fiestas organizadas por el emperador Probo; dice así: "El espectáculo se dispuso como sigue: grandes árboles,
arrancados con sus raíces por los soldados, se colocaban sobre una plataforma de madera de gran extensión que se había recubierto de tierra. De esta manera, todo el circo,
plantado de modo semejante a un bosque, pareció florecer con la frescura de las hojas verdes. En seguida soltaron por todos los caminos mil avestruces, mil ciervos, mil jabalíes,
mil gamos, mil gamuzas, mil cabritillos salvajes y otros animales herbívoros en tanta cantidad cuanto les fue dado alimentar y encontrar. Hecho esto, dejaron penetrar
en el bosque a la plebe y cada uno se apoderó de lo que quiso. Otro día, Probo hizo soltarde una vez en el anfiteatro a cien leones de largas crines. El fragor de sus rugidos parecía
el tronar de la tormenta. Se les dio muerte por la espalda a todos estos leones y, mientras morían, no dieron el buen espectáculo que se esperaba de ellos, ya que no tenían ese ímpetu que tienen cuando salen de sus jaulas. A muchos de ellos, que no querían avanzar, se
les mató con flechas. Salieron también cien leopardos de Libia, cien leopardos sirios, cien leonas juntamente con cien osos. Parece ser que el espectáculo de todas aquellas fieras fue más imponente que agradable." Otras fiestas eran más complicadas aún. El poeta Calpurnio
describe una fiesta dada por Nerón, en la que el suelo se abrió y de los abismos salió un bosque maravilloso con árboles resplandecientes por el oro y surtidores olorosos, poblado de fieras de lejanos países.



 En los juegos que organizó Septimio Severo, en el año
202, la palestra se transformó en pocos momentos en un barco gigantesco, que inmediatamente se desencuadernó, quedando sobre la arena 700 fieras, leones, panteras, osos, bisontes y avestruces, que fueron sacrificados en los 7 días que duró la fiesta.
A los condenados a las fieras frecuentemente se les ataba a un carro, que se llevaba
a donde los animales se encontraban; otras veces se les obligaba a ir a su encuentro azotándolos
por las espaldas, según se ve en el mosaico de Zliten. También se les colgaba de un madero, como a Blandina, cristiana, que en Lyon, en el año 177, fue condenada a las
fieras, o se les ataba a un puente o tablado, como a Saturo, mártir cristiano africano del año 203. Las actas de los mártires —los cristianos fueron frecuentemente condenados a las fieras— nos informan de algunas particularidades, como de que los condenados eran flagelados antes, como se hizo con la citada Blandina o con los mártires de Tiro, en
época de Diocleciano a principios del s. IV, y de que cuando se les echaba a toros bravos, iban envueltos en redes, como Perpetua y Felicitas, compañeras de Saturo.
La actitud de los intelectuales fue ambigua ante estas degollinas de hombres y fieras organizadas para divertir al populacho. Varrón, a finales de la República, escribió la
siguiente frase condenatoria de tales juegos: "¿No sois unos bárbaros, los que echáis los criminales a las fieras?" Cicerón, el gran orador, contemporáneo del escritor anterior,
también fue contrario a este espectáculo: "¿Qué placer puede representar para una persona culta ver como un hombre débil es despedazado por una fiera fuerte y gigantesca o como un hermosísimo animal es atravesado por una jabalina?" Séneca manifestó repetidas
veces su repulsa ante estas matanzas. El cristianismo se opuso a ellas por boca de algunos de sus mejores representantes, como san Juan Crisóstomo en el s. IV y Salviano de Marsella, en el siglo siguiente; en cambio, los poetas Marcial y Estacio, en tiempo de
Domiciano, alaban estos espectáculos.

 Séneca


Las cacerías de fieras en los anfiteatros sirvieron también a la medicina. Galeno escribe que muchos médicos presenciaron la autopsia de un elefante gigantesco y del cuerpo de estos animales sacrificados se obtenían medicinas. También sirvieron a los artistas para copiar fieras del natural. El famoso escultor Pasiteles, de finales de la República,
estuvo a punto de ser despedazado por una pantera escapada de una jaula, mientras modelaba un león.
En los anfiteatros romanos presenciaban los espectadores otros tipos de diversiones, como las pantomimas y las naumaquias, éstas últimas no siempre celebradas
en ellos. En las pantomimas los actores eran generalmente criminales, condenados a muerte, entrenados para estos tipos de espectáculos. Los actores solían
salir a la arena vestidos con túnicas bordadas en oro, con mantos de púrpura y coronados con coronas doradas. De pronto, los vestidos se inflamaban y los delincuentes
morían abrasados. El populacho romano había bautizado a semejantes mortíferos vestidos con el nombre de "túnica molesta". Otras veces, como a los cristianos, a quienes
Nerón en el año 64 echó la culpa del incendio de Roma, se les embadurnaba de resina y de pez y ardiendo se convertían en auténticas antorchas humanas, que iluminaban la noche; a otros condenados, vestidos de pieles, se les arrojaba a los perros para que los descuartizasen. Los escritores de época imperial han conservado datos sobre estas pantomimas que a nosotros se nos antojan espeluznantes, pero que hacían las delicias de
los espectadores de los circos. Muchas veces las pantomimas ponían en escenas hechos famosos de la Historia Romana o mitos. Nuestro poeta Marcial, que también pintó los espectáculos de la capital del Imperio, vio a un criminal disfrazado de Mucio Escévola, con una mano colocada sobre el fuego, hasta que éste se la abrasó toda. Se representó también en el anfiteatro la crucifixión del bandolero Laureolo, que fue desgarrado por las fieras. El
poeta bilbilitano describe con un realismo impresionante el suplicio: la carne le caía a pedazos. En otra pantomima un condenado representaba a Orfeo, el héroe mitológico,
que con su música amansaba a las fieras.



 Aparecía en un paraje campestre, rodeado de toda clase de fieras, de pronto le dejaron caer, y fue despedazado por un oso. Tertuliano,
que como todos los cristianos, fue muy contrario a este tipo de espectáculos sangrantes, en época de la Dinastía Severiana (193-235), alude a diversos mitos puestos en escena, como la castración de Atis; otro condenado llevaba los atributos de Hércules, y como el
semidiós en el Eta, fue abrasado vivo. El apologista cristiano escribe que había gente que se prestaba voluntariamente a recorrer cierta distancia con los vestidos ardiendo.
No todas las pantomimas acababan trágicamente. También se representaban mitos obscenos y alegres, como el rapto de Europa por el toro.
A veces la arena se inundaba de agua y se convertía en un lago, donde se celebraban combates navales. Conocemos una serie de naumaquías gracias a los historiadores
Tácito y Suetonio. La más antigua conocida data del año 46 a. C. La organizó Julio César con motivo de los juegos triunfales que celebraron ese año su triunfo sobre los enemigos.
El dictador mandó hacer en el Campo de Marte un gran lago artificial, donde se enfrentaron una flota tiria y otra egipcia. Participaron 1.000 soldados y 2.000 remeros
en cada flota; los barcos eran de dos, tres y cuatro remos. En el año 2 el emperador Augusto, para festejar la consagración del templo de Marte Ultor, organizó una gran naumaquía celebrada en un lago artificial; este lago medía 533 metros de largo y 357 de ancho. Combatieron 30 naves grandes de los atenienses y de los persas, mas un número
mayor de pequeños barcos. El número de participantes fue de 3.000 combatientes, sin contar los remeros.
El emperador Claudio en el año 52 organizó un gran simulacro de combate naval,
para celebrar la terminación de las obras que unían el lago Fucino, mediante un canal, con el río Liris. En el combate celebrado en el lago participaron 19.000 combatientes,
repartidos en dos flotas, siciliana y rodia.



Las orillas del lago, al decir de Tácito, estaban llenas de balsas para impedir que el numeroso público, que se apiñaba en las orillas, se
cayera al agua. Las balsas estaban ocupadas por destacamentos de los cohortes pretorias, que eran la guardia personal del emperador. El propio emperador Claudio, acompañado de la emperatriz Agripina, presidió el espectáculo.
Nerón en el año 57 o 58 convirtió la arena del anfiteatro levantado por él en el Campo de Marte en un gigantesco lago, donde se exhibieron toda clase de peces y
monstruos marinos, y se reprodujo un encuentro naval entre persas y griegos, que recordaba los de las Guerras Médicas.

 Después se vació el lago y sobre la arena lucharon los
gladiadores y se simuló un combate terrestre. En el año 64 el mismo emperador en el mismo lugar organizó por segunda vez una naumaquía, seguida, como la primera, de un
combate de gladiadores y después vino un fastuoso festín organizado por Tigelino.


El emperador Tito organizó en el año 80 unas fiestas que duraron 100 días y no podían faltar en ellas los espectáculos acuáticos. En el primer día sobre una tarima de madera
que cubría el lago organizó unos combates de gladiadores y un acoso de fieras, el segundo día una carrera de carros y el tercero un simulacro de batalla naval entre atenienses
y siracusanos, que recordaban los tenidos con ocasión del ataque de Atenas a Siracusa, durante la Guerra del Peloponeso, 415-413 a.C.
El emperador Domiciano intentó eclipsar las fiestas acuáticas organizadas por su hermano, hizo construir un nuevo y grandioso lago artificial y organizó un gigantesco combate
naval. Durante esta representación cayó una gran tormenta sobre los espectadores, pero no se les permitió abandonar sus puestos, lo que motivó que muchos enfermasen.
La Historia Augusta, obra de finales del s. IV, da noticia de otra naumaquía, celebrada por el emperador Filipo el Árabe, con ocasión de festejar el milenario de la fundación
de Roma. No se conocen detalles.
Los emperadores romanos fueron muy pródigos en organizar toda esta clase de espectáculos para distraer al populacho de Roma. Dión Casio ya cayó en la cuenta de que el pueblo se entretenía con ellos y no pensaba en política, ni en los verdaderos problemas
de la vida.

martes, 10 de enero de 2012

PERSEO Y ANDRÓMEDA


Andrómeda era la hija el rey Cepheus y la reina Casiopea de Ethiopía. Un día la madre de Andrómeda dijo a las Nereidas, las ninfas marinas y las hijas de Neptuno, que su hija era más hermosa que ellas. Las ninfas ofendidas le contaron lo sucedido a su padre. Neptuno se enfureció por aquella muestra de orgullo y mando inundar las ciudades de Ethiopía y envió un horrible monstruo que devoraba humanos. 


El rey Cepheus consultó el oráculo de Zeus, solo podría recuperara la paz de su reino si su hija era encadenada en una roca para que se la comiera la bestia en sacrificio. Cuando Andrómeda estaba atada en la roca pasó por ahí cerca Perseo que había derrotado a Medusa, el héroe quedó cautivado por la belleza de aquella mujer y no dudó en proponer a los reyes de aquel reino luchar contra el monstruo para rescatar a su hija. Cepheus y Casiopea estuvieron de acuerdo en salvar la vida de su hija a canvio de darle como esposa.  Perseo esperó en el acantilado a que la bestia apareciese, cuando el monstruo se hizo visible el héroe se puso su casco de la invisibilidad, sus zapatillas aladas y empuño su espada de diamante. La lucha fue feroz pero Perseo logró matar la bestia y romper las cadenas de su amada. 


E la boda de Perseo y Andrómeda, Phineas; antiguo pretendiente de Andrómeda, i cientos de sus seguidores irrumpieron en la sala del banquete ayudados por el mismo rey Cepheus, proclamaban a Phineas el auténtico marido de Andrómeda. Perseo luchó con sus seguidores pero al verse superado destapó la cabeza de Medusa e inmediatamente los seguidores de Phineas se convirtieron en piedra. El antiguo pretendiente clamó compasión pero sufrió la misma suerte que sus hombres. Los dos enamorados huyeron y vivieron el resto de sus vida juntos con sus seis hijos que formaron la casta real de Persia.


A la muerte de la pareja, Atenea les dio un lugar al firmamento como constelación.     



domingo, 8 de enero de 2012

HÉRCULES Y DEYANIRA

Después de cumplir los doce trabajos imposibles Hércules intentó formar una familia, consciente de que sus dos antiguos amores habían fracasado recurrió a  su hermana Deyanira.
De camino al reino de Calidón se cruzó con Aqueloo, el dios de los ríos y se podía transformarse en cualquier cosa, ese dios también cercaba el amor de Deyanira, lucharon Hércules y Aqueloo convertido en toro. Hércules le agarró uno de su cuerno y pidió a cambio el cuerno de la abundancia. Cerrado el trato el héroe llegó al palacio del padre de Deyanira. Deyanira era una excelente conductora de carros y una temible luchadora, luchó al lado de Hércules en muchos combates, durante  los banquetes en el reino de Calidón , Hércules accidentalmente mató a un criado que se equivocó al poner agua para lavarse las manos. Se exilió voluntariamente del reino de Deyanira y junto a ella al reino del rey Keyx. Cuando era el momento de travesar el río Euenos , un centauro llamado Neso les exigió un impuesto para llevarles a la otra orilla. Hércules solo pagó el peaje de Deyanira y el atravesó la corriente, al llegar a la otra orilla se dio cuenta que el centauro intentaba violar a su amada, disparó una flecha envenenada de veneno de Hidra y hirió al centauro en el corazón.




Moribundo, Neso le contó a Deyanira que si mezclaba semen y su sangre (envenenada)
Haría que Hércules no amase otra persona que no fuese ella.

Hércules tenía muchas amantes y se encontraba muy a menudo con ellas pero Deyanira se hacía vieja y cuando Yole, una hermosa mujer, sedujo  a su marido y temiendo que la repudiara tejió un capote en el que aplicó el ungüento del centauro.
Hércules acepto el regalo y cuando se puso el tejido, inmediatamente se comenzó a quemar y se intentó liberar de la ropa sin éxito. Viendo lo que había echo, Deyanira se quitó la vida.
Hércules pidió a Yole que cuidara de su hijo y que se casara con él al ser Hilas mayor de edad. Al monte Eta el héroe hizo levantar un pira donde Hércules fue quemado por Filoctetes que recibió su arco y flechas.




domingo, 18 de diciembre de 2011

LOS TRABAJOS DE HÉRCULES

1º ¿Por qué Hércules tenía que llevar a cabo unos trabajos?


Hércules era un semidios hijo de Zeus y una humana.


Hera vertió en su copa un veneno que lo enloqueció y mató a su mujer y sus propios hijos confundiéndolos con enemigos.


Zeus obligó a Hera que devolviera la razón a Hércules pero Hércules fue castigado por matar a su familia  a servir de esclavo durante 12 duros años a su primo Euristeo, rey de Micenas.


Éste que quería quitárselo de encima le mando complir doze Trabajos imposibles. 


2º Enumera los trabajos y resume cada uno de ellos.


El león de Nemea


Primer trabajo de Hércules. Euristeo le ordenó que diera muerte al león de Nemea, una fiera con piel dura como una piedra y que por de día se escondía y por la noche mataba a todo ser viviente que se cruzaba por su camino.

Hércules intentó matarlo con armas però no hacían ningún efecto, lo cogió por las patas traseras y, después de darle porrazos contra la pared hasta que quedó atontado, lo estranguló y una vez muerto le sacó la piel con las propias garras del cadáver y se la puso encima en forma de coraza.



La hidra de Lerna


Segundo trabajo de Hércules. Debía matar a la hidra de Lerna; un monstruo con cuerpo de serpiente, garras de dragón y dorso cubierto con duras escamas, y tenía siete cabezas, cuyas siete bocas vomitaban fuego y azufre. Una de las cabezas tenía láminas de oro y se decía que era inmortal. Ya que si una de susu Cabezas era cortada se regenerava y de la sangre vertida se convertía en escorpiones y serpientes
Hércules le pidió a su sobrino que prendiera fuego al bosque más cercano y le pidió que trajera tizones llameantes que aplicó a las heridas abiertas en los cuellos de la bestia para que así no salieran más cabezas. Al final quedó la cabeza de oro que con un espadazo cortó e inmediatamente la enterró bajo una inmensa roca para impedirle retoñar.




El jabalí de Erimanto


Tercer trabajo de Hércules. Debía apresar pero sin matar al jabalí de Erimanto.

Cuando iba en busca de éste se le apareció Atenea que le dio una cadena. Cuando vió al jabalí refocilándose en un charco de agua, le lanzó un grito de desafío y echó a correr como si tuviera miedo del animal monte arriba hasta fatigar al jabalí. Aprovechando el desconcierto del animal saltó sobre su lomo, logró trabar sus patas y su hocico con la cadena que le dio Atenea y lo cargó sobre su espalda y lo llebó a Euristeo.


La cierva de Cerínia


Cuarto trabajo de Hércules. Debía apresar a la cierva de Cerínia, extraño y hermoso animal, del tamaño de un buey, tenía los cuernos de oro y las pezuñas de bronce, estaba consagrada a Ártemis y nadie podía matarla, ni siquiera tocarla. La cierva de Cerínia era muy ágil y corría a una velociadad asombrosa.


Hércules estuvo persiguiéndola cerca de un año y una tarde en que la cierva, exhausta y sedienta, se detuvo a beber en el río, Hércules la hirió levemente con una flecha y entonces le resultó fácil capturarla.


Los establos de Augías


Quinto trabajo de Hércules. Debía limpiar los establos de Augías, rey de la Élide.
Augías pensó que Hércules estaba loco y le dijo que si los limpiaba en un día recibiría en recompensa la décima parte de los rebaños.


Hércules encauzó dos ríos que dirigió hacia los establos, en los que previamente hizo dos boquetes; uno en un costado por el que penetró el caudal y otro en el costado opuesto que sirvió de desagüe. En pocas horas las cuadras resplandecían como espejos.




El toro de Creta


Sexto trabajo de Hércules. Debía de capturar el toro de Creta, un animal muy hermoso.


Hércules fue en busca del toro y, tras un breve forcejeo, lo agarró por los cuernos, se lo cargó en la espalda y se lo llevó vivo a Euristeo, el cual al ver al animal, corrió a meterse en la tinaja y le dijo a Hércules que se lo llevara de allí.



Las aves del lago Estínfalo


Séptimo trabajo de Hércules. Euristeo esta vez le mandó a Hércules liberar la ciudad de Estínfalo de las aves que se guarecen en un bosque cercano al lago. Son una multitud de aves terribles, con picos, garras y plumas de bronce, que devoran las cosechas e incluso a las personas.
Cuando Hércules llegó a Estínfalo sin muchas ilusiones de poder llevar a término su trabajo se le apareció Atenea que le entregó unas grandes castañuelas de bronce.
Hércules subió a una colina y tocó las castañuelas con lo cual las aves se fueron de allí.

Cuando regresó a Micenas para darle cuenta a Euristeo del cumplimiento de su misión vio que algunas aves de Estínfalo sobrevolaban el palacio de Euristeo, el cual, horrorizado estaba escondido en la tinaja, diciendo: - Decidle a ese insensato que se lleve de aquí a esos malditos pájaros.

Y, como Hercules aún no había devuelto las castañulas a Atenea, las tocó y los pájaros se marcharon.

Las yeguas de Diomedes

Octavo trabajo de Hércules. Esta vez Euristeo ordenó a Hércules que le llevara las cuatro yeguas de Diomedes que comían carne humana. Hércules consiguió arrebatárselas a Diomedes, que furioso fue con su ejército a matar a Hércules pero Hércules lo mató a el y su ejercito huyó.

Cuando le enseñó las yeguas a Euristeo, éste se metió en su tinaja y le dio orden de que las soltara.



El cinturón de Hipólita


Noveno trabajo de Hércules. Debía conseguir el cinturón de Hipólita por lo que fue a Temiscira, el país de las Amazonas. Cuando llegó, Hipólita le dio la bienvenida y lo invitó a pasar unos días ya que lo admiraba.


Hera, que estaba furiosa hizo correr la voz de que Hércules había raptado a Hipólita pero al final todo se aclaró e Hipólita entregó el cinturón a Hércules y éste se lo dio a Euristeo.



Los bueyes de Gerión


Décimo trabajo de Hércules. Esta vez debía buscar al gigante Gerión, darle muerte y robarle sus ganados. Gerión era un gigante de 3 cuerpos unidos por el vientre. Tenía al cuidado de su gran rebaño a un perro de dos cabezas hermano del Can Cerbero, el guardián de los infiernos. Cuando llegó le salió al encuentro el perro de 2 cabezas al que Hércules abatió a mazazos. Después salió el gigante Gerión al que Hércules abatió con certeros flechazos.


Hércules emprendió el camino de regreso llevando consigo los rebaños de Gerión.




Las manzanas de oro


Undécimo trabajo de Hércules. Euricles le ordenó a Hércules que robara las mazanas de oro del Jardín de las Hespérides. Estas manzanas pertenecían a Hera y estaban custodiadas por un dragón de 3 cabezas. Hercules tras superar varios peligros consiguió llegar al jardín, matar al dragón y llevarse las manzanas.


Al entregárselas a Euristeo le dijo que provocaría la cólera de los dioses por lo que Euristeo las rechazó. Hércules se las entregó a Atenea y ella las volvió a ponerlas donde estaban.



Duodécimo y último trabajo de Hércules. Esta vez y para quitárselo definitivamente de encima le ordenó que le trajera al Can Cerbero que custodiaba las puertas del infierno.


El Can Cerbero era un perro monstruoso de tres cabezas y cola de serpiente.


Hércules lo venció con sus propias manos y se lo llevó vivo ante Euristeo.


Cuando Euristeo lo vio llegar se metió corriendo en su tinaja y le dio la libertad a Hércules, el cual, volvió a poner al Can Cerbero en la puerta del infierno, el lugar que le correspondía.




martes, 13 de diciembre de 2011

ATANDO CABOS II

Describir el proceso que siguió el epigrafista recientemente fallecido Alföldy para fijar el texto (fue un proceso largo y casi casi una investigación digna de Sherlock Holmes o Hercules Poirot), y reflejarlo en vuestro blog en un texto de unas 150 palabras.


Géza Alföldy los días 11 y 12 de julio de 1992 cuando junto a su compañero Peter Witte se subió en el cazo de una grúa hasta una altura de 20 metros para fotografiar de forma muy detallada los únicos restos de las letras broncíneas que permanecen, los huecos de sus anclajes, y precisar su dirección y profundidad.
Con la aportación de estas imágenes, con las que precisó la interpretación del mensaje que había hecho antes en su despacho, marcó una de las grandes diferencias entre su informe y otras tesis sobre la cronología de la obra de ingeniería romana. “Éste es el estudio más exacto (...) porque los anteriores se habían realizado con dibujos o fotografías hechas desde el suelo, a una distancia de 30 o 40 metros de los agujeros, (...) y en algún caso se hace referencia a clavijas cuadradas cuando fueron ovales”. 





De forma muy didáctica el profesor detalló cómo reconstruyó cada una de las palabras de los tres renglones de las dos inscripciones del Acueducto así como los argumentos que justifican que dos emperadores regalaran esta gran obra a la ciudad de Segovia. Pero, a la vez que revisa la historia, Géza Alföldy piensa en el futuro y siente que las investigaciones que llevó a cabo en 1992 con Peter Witte han contribuido a mejorar el estado de conservación del Acueducto de Segovia para próximas generaciones. 






Escribir el texto en latín,  ilustrado con algún fotomontaje ( ver Peter Witte, a ver qué pasa)
Traducir el texto en tu blog, analizándolo previamente, claro está.

IMP NERVAE TRAIANI CAES AVG GERM TR A IL COS IL PATRUS PATRIAE IUSSU PEMUMMIUS IT IP FABIUS TAURUS VIRI MUNIC FL SEGOVIENSIUM AQUAM RESITITUERUNT

Los emperadores  Nerva, Trajano y del padre de familia Fabio cortan el cuerpo de un toro símbolo de su país y que el agua se restituya.

IMP NERVAE TRAIANI CAES AVG GERM TR A LL COS IL PATRIS PATRIAE IUSSU P MUMMIUS UMAMANUSET P FABIUS TAURUS UIUIR MUNIC FL SEOMENSIUM AQUAM RESITITUERUNT

Los emperadores Nerva y Trajano y el padre de la familia fabio corta un toro para dar vida y que el agua se restituya.





martes, 29 de noviembre de 2011

ATANDO CABOS


El webquest que os propongo hoy aun está por resolver, así que a ver si sois capaces de arreglar el asunto. Este famoso acueducto contaba desde su edificación con una inscripción en su parte central, justo debajo del lugar donde hoy hay una imagen de la Virgen María. Evidentemente la sagrada imagen fue añadida bastantes siglos después de la construcción romana. Lo que os propongo es lo siguiente:
Describir el acueducto minuciosamente, época de construcció,  partes principales...


Su datación es complicada, ya que no nos quedan inscripciones claras o documentación suficiente para certificar el origen de su construcción. Se le ha atribuido a Trajano, a Cludio, a Nerva o a Domiciano. Pero lo que es seguro es que debió ser a finales del S.I o primeros del S.II..
 

El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría, situado en la sierra cercana a 17 kilómetros de la ciudad Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad. El agua se recoge primeramente en una cisterna. Después recorre 728 metros (con una pendiente de un 1%) hasta lo alto del Postigo.


 Antes, en la plaza de Día Sanz, hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo, donde el monumento presenta todo su esplendor. En la parte más profunda mide 28 metros y tiene dos órdenes de arcos que se sostienen con pilares. En total tiene 162 arcos. Desde su llegada a la ciudad hasta la plaza de Día Sanz hay 75 arcos sencillos y a continuación 44 arcadas de orden doble, siguiendo después otros cuatro arcos sencillos. En el primer sector del acueducto aparecen 36 arcos apuntados, reconstruidos en el siglo XV. 



En el piso superior, los arcos tienen una luz de 5,10 metros, con los pilares de menor altura y grosor que los del piso inferior. El remate es un ático por donde discurre el canal conductor de agua, adaptándose el piso inferior a los desniveles del terreno. 

En el piso inferior, los arcos tienen una luz que oscila alrededor de los 4,50 metros y los pilares disminuyen su grosor de manera escalonada, de abajo arriba: en la coronación tiene una sección de 1,80 x 2,50 metros, mientras que en la base llegan a alcanzar 2,40 x 3 metros.

Buscar en alguna imagen en la red el lugar exacto donde estaba la inscripción y añadirla a vuestro blog. 



lunes, 28 de noviembre de 2011

EL CIRCO ROMANO

 Los circos romanos fueron instalaciones destinadas a divertir al pueblo. Inspirado en los hipódromos y estadios griegos[cita requerida], pero de medidas mucho mayores que estos, el circo romano destinado a carreras, espectáculos y representaciones que conmemoraban los acontecimientos del Imperio.


El circo romano es un recinto alargado con remates circulares en los extremos, teniendo una forma oval alargada. En el centro, rodeada de gradas de piedra, estaba la arena muy alargada y partida en dos por la espina, un muro bajo y aislado coronado de obeliscos, estatuas y otros ornamentos semejantes. La espina formaba sobre la arena dos calles por donde corrían las cuadrigas. En cada uno de los extremos de la espina había un pilar cónico denominado meta  Los contadores de vueltas solían ser huevos de piedra o estatuillas de delfines.